Además de su potencial comercial, el milenario cultivo de la quinua juega un rol clave en la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza en América Latina y el Caribe.
Rica en proteínas, fuente de calcio, magnesio y manganeso, y proveedora de varias vitaminas B, vitamina E, fibra y minerales como hierro y zinc. Su uso en la mesa es múltiple, desde pasta y pan hasta sopas y hamburguesas. No menos importante, su potencial en el comercio mundial es auspiciante: con un valor FOB creciente entre los 3.000 y los 3.500 USD por tonelada y una producción anual aproximada de 80.000 toneladas entre los dos países que aglomeran la producción mundial del famoso pseudocereal andino: la quinua.
En efecto, por iniciativa del gobierno boliviano, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al año 2013 como el “Año Internacional de la Quinua” en reconocimiento a las prácticas ancestrales de vivir en armonía con la naturaleza y preservar a la quinua en su estado natural como alimento para las generaciones presentes y futuras. El homenaje de la ONU hacia el milenario cultivo tuvo como foco centrar la atención mundial sobre el papel de la quinua en la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza como forma de respuesta a los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Sigue leyendo